Cosa de Pueblo

Gracias por visitar el blog! Intentamos desde aquí, realizar una modesta recopilación de anécdotas, relatos, historias de nuestros pueblos y sus incomparables personajes, que desde pequeños hasta hoy, seguimos oyendo y nos causan tanta gracia. Si querés participar con tu recuerdo, envia un mail a: materialdepueblo@yahoo.com.ar Nota: Pedimos disculpas si alguien se siente ofendido por los relatos y/o nombres vertidos en este blog, no es nuestra intención. Gracias por su comprensión.

miércoles, septiembre 12, 2007

Los bailes en Watt y el colectivo de Bogetto

Para los huinquenses, los sábados han sido día de descanso, salida y un poco de diversión. Aunque hoy haya, de acuerdo a los tiempos, mas lugares donde asistir, siempre existieron (en menor medida) salones donde concurrían a divertirse la gente de Huinca, Realicó, Cañada Verde, Quetrequen, Parera, Rancul, etc. Es decir las localidades vecinas. Eso si, siempre y cuando la orquesta o grupo musical mereciera el favor del público.
Uno de los lugares favoritos por la vecinos de Huinca y también por la gente que vivía en los campos vecinos era la localidad de Watt. Se trataba de unos grandes galpones del Ferrocarril, donde se hacía acopio de cereales y demás enseres ya que Watt era una estación intermedia entre Huinca Renancó y Realicó, linea del ferrocarril San Martín. No había mucho más, sino unas instalaciones aledañas y una frondosa plantación, que sin duda en sus comienzos habrá sido de protección para las reuniones domingueras de los colonos de la zona.
En Watt no había grandes pretensiones, simplemente consistía en armar un escenario (para los músicos) y un bar para atender a los concurrentes.
Como no había servicio eléctrico, la iluminación consistía en varios faroles de noche que a medida que iban decayendo en intensidad, alguien de la comisión se encargaba de darle fuelle para reavivar la llama, ya que estos funcionaban a querosene. Se colocaban mesas con cuatro sillas para la familia, y varios bancos de madera alrededor del salón para los rezagados que, al llegar tarde debían tener un sitio para dejar sus abrigos, o simplemente sentarse un rato después de los animados bailes...
Los bailes de Watt eran muy exitosos, las orquestas que venían, lograban la atención de la gente zonal, aficionada al los valcesitos, rancheras, pasodobles, corridos etc., ritmos que, en esos tiempos eran muy solicitados.
Gran sorpresa fue, entonces cuando se contrató al ¡Cuarteto LEO de la ciudad de Córdoba! Era muy famoso y mucho más por la característica de contar con una pianista que daba la nota principal que le dio vida a los actuales "cuartetos".
Desde Huinca la gente iba en sus automóviles, quienes lo tenían, algunos en coche de alquiler, que debían hacer varios trayectos de ida y vuelta ya que no habiendo demasiados (eran tres, Don Picco, Don Abatte Daga, y Don Racca) y también para llevar mas público estaba... ¡el ómnibus del señor Bogetto!
Siempre resultaba mucho mas entretenido ir en el omnibus, ¿la razón? muy simple, la gente joven que buscaba mas diversión y compañía de pares.
Los inviernos, como muchos recordarán eran muy crudos, y casi siempre, en el campo hay unos grados menos que en el pueblo, de modo que, las noches eran bien frías. Se concurría abrigado, aunque las chicas imponían sus vestiditos sin mangas, como gran coquetería de moda...
El colectivo en cuestión era un vehículo de 20 asientos que se llenaba rápidamente y se apretujaban muchos de pié para poder llegar hasta Watt. Generalmente iba y volvía completo.

Una Noche de esas bien heladas, cuando terminó el baile, hecho que generalmente se producía a eso de las 2,30 hs. de la madrugada, todos se amontonaron en la fila para subir al ómnibus, el Sr. Bogetto, era paciente, pero a veces los transportados, luego de la fria noche, el baile, y algún que otro brindis, hacían del grupo un ruidoso y bullanguero conjunto, que ya Bogetto veía muy difícil de manejar. Como siempre, había algunos "corajudos" que volvian de pié, y otros los mas apresurados, sentados. En este heterogéneo grupo, sentadas adelante, estaban unas señoritas que fueron blanco de algunas osadas insinuaciones acompañadas de toques en partes pudendas, que sucitaron el enojo, mas que algún manotón para contener a los atrevidos. Se armó entonces gran desorden -griterios ,amenazas y risas-, entre el trayecto a paso moderado, puesto que el vehículo tenía sus años y no resistía apuro ni apriete en el acelerador... Bogetto consideró que solo la voz no alcanzaba para frenar el revoltijo que se había suscitado dentro del vehículo, por esa razón decidió detener el omnibus y amenazó:
-¡Si van a seguir peleando, se bajan ya mismo y se van caminando! Como la noche era fría, estaba helando fiero, no quedó mas remedio que silenciar y llegar a Huinca, y cada uno a su casita... Fin de Fiesta y baile, y disgusto para don Bogetto, que siempre luego de estos entreveros sostenía que nunca mas llevaría a nadie a ningún baile!
De hecho que los siguió haciendo, hasta que, corriendo los tiempos, no hubo mas bailes en Watt.

Ana María Sixto.

viernes, septiembre 07, 2007

El ''paisano'' Stoll

Dos pequeñas historias del ''paisano'' Stoll (de los pagos de Maisonnave) de quien algunos amigos de por allí que tubieron el gusto de conocerlo, me han hablado maravillas de el.

El contaba que en una época supo criar gallinas ponedoras y contaba muy especialmente de una ''bataraza'' la que todas las tardecitas se subía a la caja de una Ford ''A'' y le dejaba allí un huevo poco antes de subirse a una planta para pasar la noche. Una vez le salió una ''changa'' en Unión (San Luis) y dejando a su Sra. a cargo de la granja se ausentó por 6 días llevándose la ''chatita''. Cuando el domingo siguiente regresó a su casa lo primero que hizo la ''bataraza'' fue subirse a la Ford ''A'' y en un rincón de la caja le deposito 6 hermosos huevos que había llevado encima todos esos días.

El decía que admiraba a las hormigas por su capacidad de trabajo, y recibió acabadas muestras de ello un día en que recorriendo la alfalfa descubrió dos caminos paralelos de hormigas, los que parecían tener un curioso color dorado oscuro. Cuando se agacho para observar detenidamente vió con asombro que el camino nacía en su galpón y el curioso color era por que las hormigas le estaban robando los remaches de cobre y no solo eso, por un camino llevaban los remaches y por otro las arandelas.

Adrián.