Cosa de Pueblo

Gracias por visitar el blog! Intentamos desde aquí, realizar una modesta recopilación de anécdotas, relatos, historias de nuestros pueblos y sus incomparables personajes, que desde pequeños hasta hoy, seguimos oyendo y nos causan tanta gracia. Si querés participar con tu recuerdo, envia un mail a: materialdepueblo@yahoo.com.ar Nota: Pedimos disculpas si alguien se siente ofendido por los relatos y/o nombres vertidos en este blog, no es nuestra intención. Gracias por su comprensión.

lunes, febrero 26, 2007

Al paso en Huinca (En un taller de motos)

Del cliente al mecánico:

-Don Raul, usted sabe? Cuando agarro la ruta, allaaaaaaaa bien lejos, me "brivan" los "peladines" de la moto...

Gerar.

Nota

Hace poco estuve en Huinca y me comentaban (Con respecto a la entrada de la señora que hablaba de las bondades del nuevo auto de su hijo) que al parecer y según ella, aparte de tener techo "vitivinícola" y palanca al piso, venía con llantas de "Potasio"

Gerar.

martes, febrero 06, 2007

"Yaco" y su cigarro en la oreja

Vivió en nuestro pueblo hasta hace relativamente pocos años un personaje famoso por lo porfiado y mal contestador, y aunque todos sabíamos que era una buena persona, el se había forjado esa fama de discutidor y "mal arreado" con la que lo conocía todo el pueblo. Este señor fue "Yaco" Marossero y como todo personaje de estos pequeños pueblos, el apodo había superado al nombre siendo conocido por todos simplemente como " Yaco".
En una oportunidad había concurrido a una misa (Cosa insólita para el) en compañía de una prima y “Yaco”, -buen fumador de “toscanitos”- al entrar vio que su cigarro todavía estaba largo para tirarlo y en una de sus clásicas acciones lo apagó en el marco de la puerta, lo colocó sobre su oreja, y entró lo mas pancho a la iglesia sentándose en primera fila. Aclaramos que eran épocas en que en la iglesia no volaba una mosca y lo que el cura decía era, realmente, palabra santa.
Cuando ya transcurría un rato de la misa el cura se percató del cigarro sobre la oreja de “Yaco” y apuntando los ojos en dirección a su oreja y con otras señas trataba de mandar un mensaje silencioso a el, quien por supuesto, no se daba por aludido. Transcurrido un tiempo el cura se cansó de las señas y deteniendo la misa, lo señaló con el dedo y le grito: -¡Tu! Y “Yaco” todavía sin entender, le dijo: -¡¿Qué?! Y el cura para no seguir hablando en misa le hizo (queriéndole indicar donde estaba el cigarro) la clásica seña en forma de caracol sobre su oreja, pero “Yaco” muy campante le contestó: ¡Más loco serás vos!

Adrián.