Bailes en el "Piojillo"

Cerca de la localidad de Del Campillo existía un salón de fiestas llamado "El Piojillo". Como la mayoría de estos lugares estaban cerca del pueblo, era obligado concurrir a estas clases de eventos sociales, ya que escaseaban las oportunidades de divertirse y cuando había baile, era la forma de convocar a los vecinos a participar. Las muchachas a conseguir novio y los mayores a desempolvar trajes y atuendos fiesteros para lucir. Fiestas patrias y días de la primavera, la fiesta de la clase, el día de la bandera, etc. Eran las celebraciones de tales reuniones bailables. Se contrataba una orquesta, casi siempre cercana o sino, la voluntad de Don Roberto Gregorio (padre) quien con su animo y generosidad, le daba al piano toda la noche.
Como en este tipo de baile, la concurrencia se componía de todo el vecindario, la gente del pueblo, los colonos de aledaños, la gente de Del Campillo, y, aunque quedaba lejos algunos corajudos de Huinca que se animaban a manejar los 60 km. a Campillo por el camino de tierra y un poco de asfalto...
El caso es que una noche de gran éxito, el salón se completó al tope. La Orquesta a todo dar, la gente transpiraba de tanta ranchera y valses. Los mozos no daban a basto para tanto pedido de bebida fresca, ya que debían pasar entre las mesas y la multitud de gente de pié. Fué en una de esas que una mano pecadora, tocó ciertas partes de un mozo que, voluntariosamente se afanaba en llegar hasta el rincón mas alejado... Lo cierto es, que el baile terminó en gran disturbio, ya que el mozo en cuestión, sintiendo la inquieta mano meterse en su entrepierna, reaccionó violentamente, derribando botellas y sifones, arrojándose sobre el infame"manoseador, que recibió muchos bandejazos por la cabeza, creando un gran revuelo que, como siempre, acababa con el baile.

Ana María.