Cosa de Pueblo

Gracias por visitar el blog! Intentamos desde aquí, realizar una modesta recopilación de anécdotas, relatos, historias de nuestros pueblos y sus incomparables personajes, que desde pequeños hasta hoy, seguimos oyendo y nos causan tanta gracia. Si querés participar con tu recuerdo, envia un mail a: materialdepueblo@yahoo.com.ar Nota: Pedimos disculpas si alguien se siente ofendido por los relatos y/o nombres vertidos en este blog, no es nuestra intención. Gracias por su comprensión.

jueves, marzo 08, 2007

Rápidos para salir airosos

Existen personas que ante situaciones comprometidas, lejos de arrebatarse, saben salir airosos o al menos intentan eso, utilizado su ingenio con una capacidad asombrosa de inmediata respuesta.
Lo que voy a relatar a continuación son dos hechos que sucedieron en Huinca Renancó. Ellos tienen mucha similitud entre si, ya que son hechos amorosos, ligados al engaño, a la “trampa”. Particularmente, los dos personajes de estas historias vivían en la misma cuadra, eran señores de una edad ya avanzada, y engañaban a sus señoras esposas aventurándose en una carrera de pasión con la “Chica de la limpieza” o con el “Personal de servicio doméstico” como se denomina ahora.
Cierto día, la señora de uno de estos personajes debía ir (por alguna cuestión) a la ciudad de Río Cuarto, entonces le pidió a su marido que la llevara hasta la Terminal de ómnibus. Llegaron a la Terminal, la señora se bajó del vehículo y a penas sucedido esto, el hombre no pudo aguantar sus deseos de volver a su casa, ya que este, sabiendo del viaje de su señora, había ultimado todos los detalles para lo que seria un día de pasión total y sin esperar que el colectivo viniese se fue del lugar. Resulta que el colectivo que llevaría a la señora tubo desperfectos técnicos y por ende se postergó el viaje. Enterada de lo sucedido, la mujer tomo un remiss y se volvió a su casa. Cuando llegó, encontró el siguiente cuadro: El, semi desnudo y la señorita con una de las prendas en las manos y antes que alguien dijera algo, el señor puso cara de enojado y levantando la voz, dijo: -¡Vieja! Menos mal que viniste, ¡esta degenerada mira lo que me estaba haciendo!, no le da vergüenza, aprovecharse de un hombre mayor…
En el otro caso, la señora salió pero no se iba a otra ciudad sino a un Vía Crucis que organizaba la parroquia local. Entonces el señor aprovechó la situación para “revolcarse” con la sirvienta en su cama matrimonial, a el nadie lo descubrió en el acto, pero para desgracia la señorita llevaba una cadenita en su cuello que, entre “arrumacos” y cariños, se desprendió cayendo debajo de las sábanas y ninguno de los dos se dio cuenta. La esposa llegó a la casa y todo siguió con total normalidad, hasta que, después de cenar, se alistaron para irse a dormir. Entraron los dos a la pieza y la señora, como era costumbre destendió la cama y para sorpresa de los dos, apareció la cadenita de la virgencita, pero el, astuto y a sabiendas de las creencias de su esposa comenzó a gritar: -¡¡¡Milagro!!! Vieja, ¡¡¡Milagro!!!
Dicen que días después fue la dueña de la cadena a reclamar lo que era suyo, pero ahí ya no se lo que pasó.

Gerar.

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home