
Nos cuentan amigos de
Realicó que en su pueblo y hace ya un tiempo vivía un paisano con fama de exagerado que se dedicaba a la caza de liebres, pero eso si, únicamente con perros. Tenía un galgo que -según comentaba- era lejos lo mas hábil que había visto en su vida para, precisamente, la caza de la liebre. El galgo este ya tenía unos cuantos años, pero no por eso dejaba de rendir sus frutos, y el viejo entregaba regularmente entre 30 y 40 liebres todas las semanas. Pero un triste día llegó con la noticia de que el famoso animal, debido a un accidente, se había quedado ciego y a partir de allí pasó un tiempo largo entregando no más de 15 liebres por semana. Esto sucedió durante un largo período, pero una semana se revirtió la situación y el viejo apareció no solo con 55 liebres sino con el cuento de que su famoso galgo estaba trabajando "a full". ¿ Qué había sucedido? ¿ Algún buen veterinario? ¿ Alguna cura milagrosa? Nada de eso, según explico el hombre, solamente sentido común y muchos años trabajando con perros. Le había amaestrado un cuzquito y se lo ató al lomo del galgo para que fuera su perro guía.
Adrián.
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