Cosa de Pueblo

Gracias por visitar el blog! Intentamos desde aquí, realizar una modesta recopilación de anécdotas, relatos, historias de nuestros pueblos y sus incomparables personajes, que desde pequeños hasta hoy, seguimos oyendo y nos causan tanta gracia. Si querés participar con tu recuerdo, envia un mail a: materialdepueblo@yahoo.com.ar Nota: Pedimos disculpas si alguien se siente ofendido por los relatos y/o nombres vertidos en este blog, no es nuestra intención. Gracias por su comprensión.

martes, mayo 20, 2008

Servicio de Pompas fúnebres

Cuando Don Savia; dueño de la empresa de pompas fúnebres de Huinca Renancó, tomó la decisión de retirarse debido a su avanzada edad, llamó a Kico Sixto, persona de su amistad y confianza, para ofrecerle el servicio de cocheria, ya que el ya estaba grande y pensaba en pasar sus años de retiro mas tranquilo.
Kico que por ese entonces estaba en el rubro de vendedor de automotores aceptó hacer de enlace del servicio, ya que el negocio también tenía un competidor a la hora de cumplir con tal diligencia.
Don Savia, por estar muchos años en Huinca Renancó, había cumplido con prolijidad su trabajo; la cochería tenía servicios completos, y de distinta categoría. Cajones de mayor o menos calidad, así como cruces, baldones, porta velas, algunos biombos para poner detrás del óbito, y un tarjetero con pié donde cada uno (conocido,amigo o pariente del difunto) dejara su firma para así dar a la conocer a la familia su estadía en el velorio.
Pero lo más importante del servicio era el transporte: Se trataba de un Kaiser Carabela, modelo 62, que ofrecía la forma de llevar el féretro de forma digna, amén de los lugares donde portar las coronas que se colocan en tal circunstancia. Como este servicio se utilizaba cada tanto (¡por suerte para los vecinos !), el coche se mantenía en perfectas condiciones, negro y lustroso,como así todos los bronces que brillaban pulcramente.
Kico comenzó entonces, la ardua tarea de ofrecer en venta el Servicio de Pompas fúnebres. Cosa complicada ya que en cada pueblo existía algún o, pero también enterado que, en algunas localidades del Oeste pampeano y el sur de San Luis, había algunos interesados, ya que, cuando se producía algún deceso, se llamaba rápidamente a los pueblos vecinos a ver quien se prestaba tal menester con respeto, y con la debida pompa que requería el difunto...
No pasó mucho tiempo. Un día apareció por Huinca Renancó,un señor de Unión, sur de San Luis, localidad muy pequeña y de escasos habitantes por entonces, que, enterado de la venta de este Servicio fundamental en localidades vecinas se apresuró a ver de que se trataba el asunto, para concretar el negocio. Como era hombre de campo, vestía como tal, bombachas, botas, camisa blanca, rastra con monedas, pañuelo negro al cuello, y un gran sombrero también negro que con respeto sostenía en su mano. Al fin, luego del trato, se cerró el negocio. se subieron todas las pertenencias en el coche fúnebre, cargándolo a tope. Viendo el hombre que el negocio daría sus buenos dividendos futuros (y con el axioma de;"No le deseo el mal a nadie, pero que no me falte trabajo"), se marcho mas que feliz de Huinca Renancó.
¿Que hizo el buen señor?-.-¡Pues nada mas y nada menos que, entrar a cada uno de los pueblos vecinos hasta llegar a destino ¡Dar una vuelta por las calles de los pueblos y así enterar a los vecinos que en Unión habría un nuevo rubro que atendería los casos pertinentes!, Marketinero el hombre y muy habilidoso...
De ese modo entró a Quetrequen, Simsom, Rancul, Nueva Galia... !Lugar definitivo del nuevo y seguro negocio!-

Ana María

jueves, mayo 15, 2008

carreras de bicicletas

Una competencia muy atractiva que crea mucha expectación en Huinca Renancó son las carreras de bicicletas. Se anotan todos los que tengan ganas de competir, con bicicletas modernas o menos preparadas, cada uno en su categoría, algunas mas veloces que otras. Todos tienen la misma oportunidad, pero ciertamente una de las dificultades del evento deportivo es precisamente la geografía del terreno (¡ las calles a recorrer!) El circuito es bastante largo y complejo, en los que el participante debe luchar no solo contra, en oportunidades ,La inclemencia climática, sino contra los belicosos perros que salen subrepticiamente desde alguna casa, ¡animando las piernas de los deportistas!
El recorrido que parte generalmente de la plaza San Martín, se introduce por calles pavimentadas y otras de tierra, cuando no guadales imposibles de atravesar, donde el conductor debe bajar de su bicicleta y atravesarlo a pié.
Cierto día, en una de esas competencias, Arsenio (uno de los mas conspicuos participantes), luego de haber recorrido una gran parte del trazado de la carrera, casi agotado, llegó hasta cierto punto del pueblo donde había una gran concurrencia alentando a los ciclistas; según cuentan los allí agrupados se estableció este diálogo:
-¡Arsenio!, ¡Agua agua! ¿o necesitas algo más? A lo que respondió Arsenio, -si si, ¡Un remise!

Ana María.

El turco de la valija

Muchos de nosotros tenemos familiares o amigos que vivieron su juventud en el campo, ya que las familias estaban establecidas allí. Las "Novedades" no eran muchas, y eventos fuera de la rutina diaria eran esperados con gran regocijo.
Contaba Doña Adela Ceñal que una o dos veces al año, llegaba el "Turco de la valija"se trataba este personaje, de un señor (que vaya uno a saber si era turco realmente), que vestía con un traje de drill gris y una gorra de cuero, era muy simpático pero muy rápido con los números y hábil para vender. Las muchachas se encantaban cada vez que llegaba porque dentro de esa valija, traía cosas novedosas que hacia soñar a las jóvenes y las no tanto. Polvos, perfumes, puntillas, telas brillantes, invisibles y hebillas, brillantinas y botones variados, la oferta no tenía fin.
Un día el turco, trajo una cinta que se estiraba duplicando su longitud, ¡Qué maravilla! El sujeto les explicó que eso servía para colocar, nada mas y nada menos, que en los calzones! Se trataba del elástico, cinta sin reemplazo a la hora de llevar la ropa sin salirse de su lugar. Adiós botones y ganchos, el elástico pasó a ser, desde entonces lo fundamental para tales prendas.

Ana María.

domingo, mayo 11, 2008

Al pasar en Huinca

Dicho con humor negro.

"Otra cosa que esta hecha", dijo un personaje huinquense. Había enterrado la madre...

Nota: Este dicho se dice comúnmente en Huinca, cuando alguien termina una tarea o labor.

Gerar.

Los bifes de Doña Adela

Doña Adela Ceñal era excelente cocinera, un día, los albañiles que estaban haciendo un trabajo en la casa, al quedar fuera de hora, fueron invitados a quedarse a comer. Doña Adela improvisó unos bifes a la criolla que como se sabe, llevan pimientos, ajo, cebolla y algunos condimentos. Al despedirse uno de ellos agradecido por la riquísima comida, le manifestó con entusiasmo; Muchas gracias señora..., ¡¡¡"Preciosos" los bifes!!!

Ana María.

miércoles, mayo 07, 2008

Plaga de hormigas

Cuenta Hector Perano (Oriundo de Parera, actualmente viviendo en Alvear, Mendoza) acerca de la solución que según Miguel Negro -del mismo pueblo- había encontrado contra la plaga de hormigas. Cansado de luchar contra el asecho incesante de las mismas en su campo; probando de todo, incluso con fuertes químicos sin éxito alguno, se le ocurrió utilizar el boyero, si, si, el boyero eléctrico. Dice que puso el mismo a escasos milímetros del suelo, las hormigas pasaban por debajo a la ida, pero cuando volvían con palitos tocaban el alambre y quedaban electrocutadas.
-Después con el rastrillo las junto a todas y problema resuelto. Decía este señor.

Gerar.

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Al pasar en Huinca

Comentario escuchado en un asado, refiriéndose a un personaje que supuestamente tenía una gran habilidad para apropiarse de vacunos ajenos...

-"A este le das un ovillo de hilo y dos escarbadientes y te arma una manga ahí nomás"

Gerar.

El gitano extraviado

Con frecuencia llegaban a Huinca Renancó familias de gitanos. Decían que venían de Mar de Plata, lugar donde estaban establecidos y multiplicados.
Huinca Renancó era de lo mas interesante ya que la comercialización de automóviles y camiones eran su fuerte, razón para establecerse por una temporada en la localidad. Las gitanas jóvenes a coquetear con los muchachos del pueblo, y los gitanos bien plantados a seducir a cuanta damisela se pudiera conquistar.
En una de esas estadías ocurrió un hecho curioso ya que tuvo pronta resolución... Por ese entonces estaba en la comisaría del pueblo, Victorio Sixto, quien solucionaba, (por esos tiempos) problemas sencillos para la época.
Una noche mientras cenaba Don Victorio en su casa, luego del día de trabajo, un turbulento grupo de gitanos apareció en la puerta de su casa. Se trataba de una familia completa que requería urgente la intervención del comisario. Las mujeres lloraban sin cesar, los hombres gritaban, la abuela gitana se golpeaba la cara etc., dada la confusión, mientras Victorio traba de calmar al grupo, mas enardecidos estaban...
Hasta que por fin logró preguntar quien era el jefe de ellos para hablar y resolver semejante confusión. Mientras se iban callando; quien parecía ejercer la autoridad, relató que se había extraviado un miembro de la tribu... Se trataba de un jovencito de unos 17 años que, según decía su madre durante los últimos días había observado una conducta extraña. No había vuelto por las inmediaciones donde estaba la carpa, y de eso hacían... ¡24 horas! Comprendiendo Don Victorio lo difícil del asunto, ya que cualquier cosa podría haber ocurrido, comenzó a hacer preguntas sobre las actividades del muchacho, la madre relató que el joven había salido a dar un paseo con su perrito, el perro había regresado pero el joven no.
El comisario ya con un importante dato en su conocimiento le ordenó a la madre: "A ver señora, suelte el perro", mientras la mujer miraba sin comprender... El perro salió corriendo, mientras Victorio subiendo al camión le apuntó al jefe,"siga al perro". Luego de unas cuantas cuadras, casi cerca de la Cancha de Nelson, el perro entró a una casa, se acercó a la casilla del gas y se quedó allí, ladrando y moviendo la cola de contento. El comisario ya sospechando de que se trataba la cuestión le ordenó a la dueña de casa (que se había asomado al oír ruidos) que abriera la casilla...
No hubo demasiada sorpresa, el extraviado estaba allí, escondido; Una pequeña aventura de un joven y atractivo gitano raptado por una noche.

Ana María.